martes, noviembre 07, 2017
Café breve
Descansar el cuerpo bajo la sombra de tu silencio. Apoyar mi cabeza y mirar de lado la ocurrencia de las cosas. Sentir la indiferencia del paisaje solo para caer en cuenta que el café se enfría sobre una mesa limpia, plana, extensa; tomaría media vida recorrer sus extremos. Un reflejo caliente del sol juega al funámbulo en sus bordes ¿Te he dicho que me has construido de lejos; que descansando en esta sombra, tu sombra, el tiempo ha encontrado sosiego? Vórtices de aire caliente danzan sobre la mesa fría; corro hacia uno de ellos: me engulle.
miércoles, agosto 30, 2017
La pausa del escarabajo
Sorprendes con tu presencia iridiscente; las formas de tu vuelo se mantienen en la retina mientras, ahora, descansas sobre una rama que te sostiene. Nada conmueve tu existencia; ningún apuro aborda tu presente; el sol, el viento, la humedad sostenida en el techo del cielo hecho nubes, forman tu paisaje. Mueves tu cuerpo arcano en dirección a la punta de tu rama: la has hecho tuya, tu territorio momentáneo; y allí, enfrentas al sol que guarda a salvo de tu olvido, la ruta de tu viaje. El viento sacude tu territorio, mece la rama; lees en la luz tu próxima partida. Despliegas tus élitros y emprendes vuelo.
lunes, junio 12, 2017
Paisaje de playa con hombre
Al parecer ha encontrado en ese paisaje una ventana por donde arrancar por un momento, escabullirse como lo hacía de niño, pero ahora para siempre.
Desprecia el mar por su salobre monotonía, por ese sonido efervescente de las olas al recogerse de la orilla. Quizá había un mapa astral al botar el puñado de arena que de manera breve sostuviera en su mano, y el destello de los granos sujetos a su palma propusieran una ruta alternativa... Pero la obviedad fue más fuerte en ese momento: sacudió con la otra mano, los granos de aquel universo contenido.
Desprecia el mar por su salobre monotonía, por ese sonido efervescente de las olas al recogerse de la orilla. Quizá había un mapa astral al botar el puñado de arena que de manera breve sostuviera en su mano, y el destello de los granos sujetos a su palma propusieran una ruta alternativa... Pero la obviedad fue más fuerte en ese momento: sacudió con la otra mano, los granos de aquel universo contenido.
lunes, mayo 22, 2017
Santiago 1981
El sonido de la música era envolvente en toda la casa; hasta en la pieza más alejada de la sala principal se podía escuchar el ritmo y la conversación que fluía animadamente entre los asistentes. Estábamos compartiendo recuerdos y nuevas promesas, pero también estábamos despidiéndonos un poco entre nosotros. Intuíamos que después de aquella noche y con las primeras luces de la mañana, comenzaría la marcha de todos los integrantes de aquel grupo en diferentes direcciones; que la compañía que nos habíamos prodigado durante la infancia, inexorablemente llegaba a su fin. Guardamos silencio ante aquella sensación de velocidad que adquirían nuestros pensamientos. Estaba ahí, entre nosotros, pero en ese momento y durante toda la noche, decidimos ignorarlo. Es cierto, mi alegría fue completa cuando apareciste en algún momento y ya no nos separamos durante toda la noche.
-Creo que esta todo el grupo. –dijiste, mientras me regalabas un abrazo. –Sí, creo que llegamos todos, esto va a estar genial. –No me dejes sola. –Agregaste en tono de broma. –Esta noche nadie lo estará. –pensé en voz alta.
-Creo que esta todo el grupo. –dijiste, mientras me regalabas un abrazo. –Sí, creo que llegamos todos, esto va a estar genial. –No me dejes sola. –Agregaste en tono de broma. –Esta noche nadie lo estará. –pensé en voz alta.
jueves, mayo 11, 2017
Elogio a un desaparecido
He de contarle, señor, que usted está parado exactamente donde no quería. Que sus sueños nacen muriendo un poco, otro poco, y así hasta que desaparecen en algo que bien podríamos llamar olvido. Imagino que usted lo encontrará injusto, entiendo, pero fíjese que es nuestro destino; nuestra grandeza hecha nada; nuestras miserias, también; triturada por el peso del tiempo, como en una gran tahona sideral hasta quedar convertida en polvo. Es casi poético, usted podrá decir, y tiene razón, existe algo de poesía en todo ello.
miércoles, abril 05, 2017
Intermedio XVI
No hace mucho, empecé
a recordar por trozos, un cuento que mi señor padre me relataba en mi niñez al
momento de darme las buenas noches. No era siempre que hacía esto, pero tampoco
me importaba mucho; yo sabía, y lo que es mejor, intuía todo su cariño. En fin,
este relato me lo contaba poniendo voces, gestos y todas esas cosas que me
hacían reír mucho. Según él, tenía que pensar muy bien por qué me provocaba
risa. Cosas del papá, que una vez con los años, entendí a cabalidad. El cuento
va más o menos así. Si puede imaginar las voces y gestos de este señor, mucho
mejor. Les dejo un saludo.
Piratas recursivos
Era de noche… los truenos y relámpagos se sucedían muy lúgubremente, mientras que en la playa, los cuerpos ateridos de un grupo de marineros buscaban calor alrededor de una fogata. De súbito, el capitán del barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella historia cuyo recuerdo nos hace estremecer de miedo y espanto hasta los huesos- Y el timonel comienza -Era de noche… los truenos y relámpagos se sucedían muy lúgubremente, mientras que en la playa, los cuerpos ateridos de un grupo de marineros buscaban calor alrededor de una fogata. De súbito, el capitán del barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella historia cuyo recuerdo nos hace estremecer de miedo y espanto hasta los huesos- Y el timonel comienza -Era de noche…
Piratas recursivos
Era de noche… los truenos y relámpagos se sucedían muy lúgubremente, mientras que en la playa, los cuerpos ateridos de un grupo de marineros buscaban calor alrededor de una fogata. De súbito, el capitán del barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella historia cuyo recuerdo nos hace estremecer de miedo y espanto hasta los huesos- Y el timonel comienza -Era de noche… los truenos y relámpagos se sucedían muy lúgubremente, mientras que en la playa, los cuerpos ateridos de un grupo de marineros buscaban calor alrededor de una fogata. De súbito, el capitán del barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella historia cuyo recuerdo nos hace estremecer de miedo y espanto hasta los huesos- Y el timonel comienza -Era de noche…
martes, enero 24, 2017
Arena negra
En la noche más obscura imaginable, donde distinguir sus propias manos era una tarea difícil de lograr, se movían siguiendo solo sus palabras y susurros. Entre esas sombras emergía la vida de aquella fatal sociedad. Guiados por la ascensión recta de los astros en el firmamento, aprovechaban de intercambiar alimentos celosamente producidos en el subsuelo, donde reunidos en pequeño grupo, se empeñaban en sobrevivir. Un viento cálido era la inexorable advertencia de un nuevo amanecer, entonces, presurosos se despedían con abrazos antes de desaparecer entre los túneles cavados en las laderas. Con los primeros rayos del astro regente, un paisaje desolador se podía apreciar en todas direcciones; llanuras interminables cubiertas por una arena negra que parecía abarcarlo todo y que según los más osados, se volvía de color ceniza cuando alcanzaba su máximo calor.
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