domingo, diciembre 27, 2020

Paisaje con lluvia

Esperó tranquilamente que comenzaran a caer las primeras gotas; era cuestión de minutos, todo estaba ocurriendo de la forma que vuelve inevitable la lluvia. Las cumbres más altas eran envueltas en una espesa y obscura capa nubosa, empujadas por un insistente viento sur a gran altura, el cual dejaba caer pequeños vórtices que sacudían la escaza vegetación que se hallaba en el lugar. Un destello encendió todo por una pequeña fracción de tiempo; su pupila se contrajo como respuesta natural a la sobre exposición lumínica; quedó atento al estruendo que no tardó en llegar, pasando raudo sobre su cabeza y bajando a toda carrera entre las quebradas. Luego, un silencio que se extendió hasta los primeros sonidos del aguacero que terminó por cubrir un paisaje aprendido de memoria.

6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A veces, una llovizna se convierte en un diluvio cuando cae por dentro.

Ferragus dijo...

¡Ah! qué agradable sensación entonces: buscar un rincón en ti y esperar que pase el chubasco.

Javier dijo...

Bonita descripción. Muy plástico.

Ferragus dijo...

Gracias por tu visita y comentario, Javier.

Anna Babra dijo...

Muy descriptivo. El aguacero se mete hacia dentro, estalla y luego la llovizna limpia; limpia aquello que convenga.

Salud, Ferragus.

Anna Babra

Ferragus dijo...

Gracias por tus generosas palabras. Ten salud, Anna.