miércoles, noviembre 30, 2016

De mañana

Arreglarse el flequillo; mirarse otra vez al espejo; volver al peine y todo de nuevo. Así, como una porfía que nacía desde esa imagen suya rebotando infinito entre sus ojos y el vidrio.

1 comentario:

Marcelo dijo...

Observación eterna y borgeana que nace mirándonos al espejo