El sonido de la música era envolvente en toda la casa; hasta en la pieza más alejada de la sala principal se podía escuchar el ritmo y la conversación que fluía animadamente entre los asistentes. Estábamos compartiendo recuerdos y nuevas promesas, pero también estábamos despidiéndonos un poco entre nosotros. Intuíamos que después de aquella noche y con las primeras luces de la mañana, comenzaría la marcha de todos los integrantes de aquel grupo en diferentes direcciones; que la compañía que nos habíamos prodigado durante la infancia, inexorablemente llegaba a su fin. Guardamos silencio ante aquella sensación de velocidad que adquirían nuestros pensamientos. Estaba ahí, entre nosotros, pero en ese momento y durante toda la noche, decidimos ignorarlo. Es cierto, mi alegría fue completa cuando apareciste en algún momento y ya no nos separamos durante toda la noche.
-Creo que esta todo el grupo. –dijiste, mientras me regalabas un abrazo. –Sí, creo que llegamos todos, esto va a estar genial. –No me dejes sola. –Agregaste en tono de broma. –Esta noche nadie lo estará. –pensé en voz alta.
1 comentario:
comentar es
Publicar un comentario