jueves, mayo 28, 2015

El examen

EL dolor fijo en el estómago; las manos con un sudor frío sosteniendo los libros casi a punto de caer. Querer escapar de allí, lejos de todo; la sensación de mediocridad invadiendo toda mi joven alma; los latidos del corazón queriendo romper su encierro. Cómo no recordarlo; una humedad nublando la mirada.
La fila comenzó a entrar a la sala de clases a la orden del profesor; sobre los pupitres, el examen final de matemáticas. Y el olor, ese olor a tinta mezclado con madera y el cuero de los bolsones. La única salida posible era que se acabara en ese momento el mundo o que yo cayera muerto ante la mirada atónita de mis compañeros "¡Bendito seas, Lucho!" exclamarían al unísono, aliviados.

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