martes, junio 24, 2014
Soliloquio con café y espuma
Haz como si me vieras; supón que estoy a tu lado y tomas el último sorbo de café para luego perderte en la masa de gente: huir es lo mejor que sabemos hacer. Pero ¿es qué acaso existe alguien que no huya hoy en día? Todos huimos de algo, es cierto. Huimos de nuestros errores, de nuestras miserias; también de nuestra felicidad, de nuestra esperanza. Se diría que hemos aprendido a huir de casi todo. Y de estas cosas preferimos leer o escuchar de otras almas, con el fin último de atenuar en algo ese prurito que produce el sentirnos en algunos momentos, tan, pero tan solos, en medio de todos y de tantos. No sé por qué te dirijo mi pensamiento, si te me arrancas entre los escaparates y liquidaciones de temporada.
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4 comentarios:
Suscribiría todo lo que has dicho, pero debo huír. Un abrazo
(¡Diantres! Tendré que pagar la cuenta...)
Huyendo... es que permanecer es complicado. ¿Ves?, Marcelo te abandona con la cuenta sin pagar. No tenemos vergüenza, ni sabemos lo que es.
Huir... no es mala solución, cuando las cosas se complican.
Besos (y no pagues, huye)
(Lo hago o no... En fin, siempre hay una primera vez)
¡¡Espérenme muchachos...!!
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