viernes, junio 28, 2013

Vida de perro

Despertó sobresaltado: soñó con una constante caída; inquieto por lo sucedido en el sueño, esperó con ansia que abrieran el portón del parque aquella mañana.
Una vez fuera del parque, se dirigió hasta el local donde seguro lo aguardaba la dueña; como todos los días, esta al verle le saludó, al tiempo que le pasaba su pan del desayuno.
Se retiró hasta un lugar tranquilo y allí devoraba su sustento matutino. Luego, estirando con pereza todo el cuerpo, se preparaba a realizar lo que mejor sabía hacer: ladrar a los niños que jugaban.

2 comentarios:

Anabel Rodríguez dijo...

Seguro que les ladró con alegría y es que de vez en cuando no está mal sel perro

Ferragus dijo...

Sí, estaba feliz entre los niños, Anabel. Por lo visto se lo tomó con tranquilidad; después de todo, cualquiera tiene un mal sueño ¿cierto?
Me alegra verte por estos lados. Un saludo desde este invierno austral.