lunes, abril 12, 2010

La burla

-¡Basta!... ¡Dije basta!
Con el rostro pálido y bañado en sudor, les miró a la cara. El silencio se instaló como si todo se hubiese congelado en cosa de segundos. Confundidos al principio, le quedaron mirando con sus ojos vacíos, para luego desaparecer.
Lentamente continuó con su oración.

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