No hace mucho, empecé
a recordar por trozos, un cuento que mi señor padre me relataba en mi niñez al
momento de darme las buenas noches. No era siempre que hacía esto, pero tampoco
me importaba mucho; yo sabía, y lo que es mejor, intuía todo su cariño. En fin,
este relato me lo contaba poniendo voces, gestos y todas esas cosas que me
hacían reír mucho. Según él, tenía que pensar muy bien por qué me provocaba
risa. Cosas del papá, que una vez con los años, entendí a cabalidad. El cuento
va más o menos así. Si puede imaginar las voces y gestos de este señor, mucho
mejor. Les dejo un saludo.
Piratas recursivos
Era de noche… los
truenos y relámpagos se sucedían muy lúgubremente, mientras que en la playa,
los cuerpos ateridos de un grupo de marineros buscaban calor alrededor de una
fogata. De súbito, el capitán del barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella
historia cuyo recuerdo nos hace estremecer de miedo y espanto hasta los huesos-
Y el timonel comienza -Era de noche… los truenos y relámpagos se sucedían muy
lúgubremente, mientras que en la playa, los cuerpos ateridos de un grupo de
marineros buscaban calor alrededor de una fogata. De súbito, el capitán del
barco exclama -¡Timonel! Cuéntanos aquella historia cuyo recuerdo nos hace
estremecer de miedo y espanto hasta los huesos- Y el timonel comienza -Era de
noche…
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