martes, enero 24, 2017

Arena negra

En la noche más obscura imaginable, donde distinguir sus propias manos era una tarea difícil de lograr, se movían siguiendo solo sus palabras y susurros. Entre esas sombras emergía la vida de aquella fatal sociedad. Guiados por la ascensión recta de los astros en el firmamento, aprovechaban de intercambiar alimentos celosamente producidos en el subsuelo, donde reunidos en pequeño grupo, se empeñaban en sobrevivir. Un viento cálido era la inexorable advertencia de un nuevo amanecer, entonces, presurosos se despedían con abrazos antes de desaparecer entre los túneles cavados en las laderas. Con los primeros rayos del astro regente, un paisaje desolador se podía apreciar en todas direcciones; llanuras interminables cubiertas por una arena negra que parecía abarcarlo todo y que según los más osados, se volvía de color ceniza cuando alcanzaba su máximo calor.