martes, septiembre 29, 2015

Paisaje con mujer y árbol

Los años la habían vuelto joven. Bajo el árbol, con sus hojas secas que aún colgaban de las ramas más altas, sintió la brisa que insistía en recordarle la llegada de la estación más fría. Partir y dejarlo todo era su impulso vital desde pequeña; desde que aprendió lo extenso del paisaje que se abría a su tierna mirada; desde que aprendió lo frágil de los momentos. Aquel lugar junto al árbol era su punto de partida; desde aquel sitio imaginaba todas la rutas posibles; todas las hipotéticas jornadas. Solo el viento tironeaba de su cabello y de su falda. Allí ella estaba.

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y siempre vuelve. Un texto sugerente.

Ferragus dijo...

Y es verdad, siempre vuelve. de niña aprendió la ruta.