martes, julio 09, 2013

Un díos y su caída

Nada más intuir el borde del tiempo, sus pasos fueron directos donde yacía su recuerdo; desechó su mirada, entonces mundana, intentando aquella prístina que la memoria reconocía. Se estuvo allí imaginando, cuánto, más de siete mil quinientos años y contando.

2 comentarios:

Marcelo dijo...

Qué se sentirá trascender, me pregunto; deslizarse consciente hermanado al tiempo. Qué serían entonces los recuerdos, las épocas.
(lo leí por ahí...será una respuesta?)

Ferragus dijo...

Curioso, cuando terminé los dos textos, por alguna razón sentí que aquel era la respuesta de este. Lo cierto es que la única relación, es la cercanía de una fecha de creación entre ambos. Y no obstante…
Un saludo, Marcelo.