miércoles, abril 25, 2012

Poco tiempo

-Grandísimo idiota, si tan solo hubiese esperado a que lo llamara ¿Tenía que tomar esa postura y simplemente salir casi corriendo? Sí, claro; lo más probable que esgrimiera la falta de tiempo para no seguir esperando; quizá la urgencia de otro trámite, o la súbita llamada de un familiar en apuros. Pero en fin, casi nadie reconoce que el tiempo es una cuestión más bien colectiva, sobre todo en una ciudad como esta; que el individuo que crea ser dueño del tiempo simplemente debería vivir en los cerros… qué sé yo. Ahora me pongo a pensar en eso de “mi tiempo” o “tiempo para mi” qué gran tontera. Hoy, sin ir más lejos, llegué casi corriendo a mi lugar de trabajo por culpa de un embotellamiento vehicular, el cual obviamente, consumió el tiempo no sólo mío, sino de todos los que estábamos en ese lugar. Aquí haré una digresión con el tema si me lo permiten, pero no puedo dejar de mencionar a una mujer que estaba justo al lado mío en su vehículo y nuestras miradas se cruzaron en un acto de desesperación que nos hacía a los dos buscar la mirada en el otro; algo así como diciéndonos con palabras lo enervante de todo aquello. Pero retomo el tema; no se puede pretender apoderarse del tiempo; eso es egoísmo a mi entender ¿les estoy quitando mucho tiempo, señores? ¿Sienten la urgencia de avanzar en otras cosas? Si es así, les ruego me lo hagan saber y termino todo este asunto que por lo demás también me distrae de realizar otras cosas. En el informe que llené y que ahora está en poder de ustedes, dice claramente cual es mi función y para qué fui contratado: No es fácil estar todo el día llenando solicitudes de personas que requieren documentos para la realización de tramites que a mi, en particular, nada me interesa. Por eso este señor debió esperar tranquilamente su turno, lo hubiese llamado tarde o temprano; creo que en su mano aún mantenía su número de atención. Imponer el tiempo de uno en desmedro del otro, eso me parece una falta de delicadeza hoy en día. El principal activo en nuestras vidas es el tiempo. En esa pequeña ventana de oportunidad tenemos que realizar toda nuestra vida, toda. No puedo dejar de pensar que el tamaño de esa ventana es apenas… ¿Cuánto? ¿Ochenta años en promedio? Con suerte; pero digamos ochenta años ¿Les parece? En esa pequeña ventana ocurre todo. No quisiera ser dramático, pero en mi caso, con los años que tengo, en algunos momentos siento que he hecho muy poco de lo que alguna vez me propuse; a veces me dan ganas de viajar por el mundo, conocer lugares y gente exótica; comer platos preparados con ingredientes nunca antes vistos; intentar aprender otra lengua, ojala un dialecto. Pero no se puede, y quizá está bien que así sea, luego que nuestros sueños se cumplen ¿Qué? Cuál será el próximo derrotero a seguir; qué otra necesidad nos veremos casi obligados a inventarnos para darle sentido a nuestras vidas. A veces es preferible mantener intacto los sueños; acumularlos como verdaderos tesoros, lejos del alcance del tiempo.
Le hicieron firmar una declaración en quintuplicado, con una copia adicional para el archivo público y otra para él; fuera del departamento de policía había un periodista que le aguardaba para hacerle algunas preguntas sobre el atropello en que falleció una persona esa mañana; el guardia de turno le solicitó las copias, las miró con gravedad frunciendo el ceño, las timbró y le devolvió la última copia guardándose una para el archivo y le dejo salir.

jueves, abril 12, 2012

De otoño

La hoja, soltándose de la rama, a la tierra revoloteando hasta besarla, cae; sus labios nada sienten, sus labios de celulosa ahora muerta.