jueves, diciembre 22, 2011

Duermevela

No era habitual que se levantara por la madrugada; tampoco lo era caminar descalzo. Aquella oportunidad sin duda se sentía mejor que nunca; algo así como haber encontrado una respuesta largamente esperada. Era tan agradable sentir que su ser se mezclaba con el aroma de las cosas; con la brisa fría nocturna; con el rumor de las hojas. Lo aturdía un poco el hecho de no saber el origen de tanto bienestar.

8 comentarios:

Clarissa dijo...

¡Feliz Navidad desde el hemisferio norte Ferragus!

Ferragus dijo...

¡Gracias, estimada Clara; desde aquí, con los mejores deseos.!

Anabel Rodríguez dijo...

Ainsss, eso era porque no se tenía que levantar todas las noches corriendo a otra habitación porque algún niño tenía pesadillas. ¿Te conté que una vez me encontré en la habitación de las gemelas sin saber como había llegado hasta allí? Ja,ja.
Ahora en serio, un texto muy bonito. Besos fuertes y apretaos y feliz 2012 amigo.

Ferragus dijo...

Gracias por tus palabras, bien apreciada amiga; te deseo lo mejor.
Ya sabía yo que esas chiquillas te hacían dormir con un ojo abierto y el otro cerrado ¡díos mío!
Besos desde la tierra austral.

Anónimo dijo...

...quería ir a las raíces. Pero ¿es necesario cuando el bienestar es palpable? ¡Quizá fuera un bienestar artificial!
Está bien mezclarse con todo, más con los objetos de la naturaleza.
Un saludo.

Ferragus dijo...

Acertada pregunta para nuestro héroe, estimado Diego. Releí el texto y me atrevería decir que él fue sorprendido por ese bienestar. Me encantan las preguntas más que las respuestas.
Saludos desde este lado del mundo.

Laura dijo...

Cuando el bienestar aturde...malo, malo.

Feliz comienzo de año.

Ferragus dijo...

Me encantó tu punto de vista; pero dime Laura: porqué podría ser malo ese aturdimiento. Te debo confesar que pensé en el efecto que provoca el enamoramiento.
Felicidades en este nuevo ciclo, amiga.