jueves, junio 02, 2011

Intermedio VIII

Curioso. Luego de terminar con Dostoyevski, de manera natural caigo (en el mejor de los sentidos) en la obra de Gogol. Sí, es cierto, bien podría no ser casualidad; durante buena parte de su trabajo Dostoyevski hace referencia a la figura del “pequeño ruso” utilizando palabras bastante elogiosas. Esto se vuelve significativo, si consideramos por ejemplo, que este último no es un eslavófilo como lo fuera el primero, dejando de manifiesto, la grandeza de Dostoyevski al reconocer la calidad literaria de Gogol por sobre cuestiones políticas. Después de todo, imagino, caló hondo en él aquella frase “Aquí le traigo un nuevo Gogol” que digiera Nekrasov, dueño del diario El contemporáneo, al mostrarle a Bielinski, critico literario de renombre en toda Rusia, el manuscrito de “pobres gentes”
Me fue imposible ubicar en Chile a Nikolai V. Gogol; tuve que recurrir a la compra electrónica y traerlo desde España, pero valió el esfuerzo, obtuve una hermosa edición Aguilar del año 1964 que contiene todas sus obras. Con esto espero pasar el invierno austral para luego intentar publicar de manera más seguida.
No quiero terminar este intermedio, sin dejarles un trozo que extraigo de la obra titulada “Veladas en Dikanka” con el ánimo de estimular vuestra curiosidad literaria:

“¿No es así como vuela, alejándose de nosotros, la alegría, precioso y voluble huésped? ¿Y no es vano esperar que el sonido de la nota solitaria pueda expresar regocijo? En el eco que escuchamos se percibe ya la tristeza y la soledad. ¿No es así como se pierden por el mundo los alegres amigos de la turbulenta y libre juventud, uno por uno, dejando, finalmente, solo a su viejo hermano?... ¡Qué tristeza la del abandonado! El corazón se llena de dolor y de pesar, y nada puede ayudarle.”

Saludos, amigos.

3 comentarios:

Paloma Ossandón dijo...

Pucha yo no he leído nada de Gogol :( no he encontrado ¿Cómo anda esa lectura?

Besos

Ferragus dijo...

..Tengo la impresión que te gustaría; su escritura libre te atrapa sin darte cuenta siquiera.
Con tristeza me despedí de Gogol, ahora marcho al encuentro de Balzac (con algunas paradas en otros autores) y su obra titánica La comedia humana.
Tus pinturas, Palomas, siempre logran lazarme al encuentro de cosas vistas pero sin saber dónde ¿qué será? Me gustan.

Paloma Ossandón dijo...

tu sabes que tienen.
Besotes. TRataré de encontrar a Gogol.