jueves, octubre 23, 2008

En la cordillera

Sentó su cuerpo en aquella cornisa de hielo, agotado por el esfuerzo de subir hasta allí. Con cuidado dejó colgar sus piernas cansadas por la ascensión. Era una vista maravillosa ¡Dios mío, como le recordaba a su planeta natal!

10 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta, como que me tranquiliza.


Todo mi cariño.


(p+)

Anabel Rodríguez dijo...

Y digo yo, ¡de otro mundo!. Breve, y extremadamente tranquilizador, como dice la palo-ma.
Besos

CarmenS dijo...

Tuvo la suerte de llegar antes de que se derritieran los hielos.

Ferragus dijo...

Sí, Paloma, tienes razón: Es tranquilizador. Lo curioso es que no existe dolor en su evocación.

Tu cariño acoge. Gracias.

Ferragus dijo...

Aunque no lo creas Anab, en aquellas alturas, un cóndor cantaba tu nombre.

Mí cariño y un beso.

Ferragus dijo...

Sí Cecilia, afortunadamente tuvo hielos que acogieron su figura. De otro modo, no hubiésemos despertado sus recuerdos. Apuesto que podrías sentir el frío en tus mejillas.

Tu visita alegra.

Anónimo dijo...

Tanto en tan poco.
Hermoso,
Un beso desde el llano

Ferragus dijo...

Esta vez no intuí siquiera tu llegada, Viviana. Vienes del otro lado de los andes, perfumada de hiervas de aquellos llanos.
Besos, salen a tu encuentro.

SBM dijo...

Qué bueno, me encanta. Me pregunto cuántas piernas tendría nuestro protagonista.

Ferragus dijo...

Grata sorpresa, SBM. Para que no quede dudas, el personaje en cuestión, tiene figura humana. No logré enterarme de la, o las razones, de su visita.
Siempre es bueno contar con tu visita, estimado SBM. Un abrazo.